
El profesor de filosofía llama a transformar el actual modelo educativo en uno más inclusivo, que garantice en todos los territorios una enseñanza “democrática-republicana” que sea igual para todos y todas, sin discriminación alguna.
“Cómo hacer una educación amorosa, que tienda a estrechar los lazos entre las personas”, pregunta como buen profesor de Filosofía, Pancho Sazo. El docente de la U. de Valparaíso y líder del grupo Congreso, recientemente invitado a conformar el directorio de Fundación Educación Futuro, habla de humanizar la educación post pandemia. Estar a la escucha y abiertos al diálogo: profesores, alumnos y padres, son aspectos que menciona como necesarios para transformar el actual modelo educativo en uno más inclusivo, que garantice en todos los territorios una enseñanza “democrática-republicana” que sea igual para todos y todas, sin discriminación alguna.
El músico, quien es un referente de la escena artística nacional, también reivindicó el sitial que debiesen ocupar dentro del proceso educativo las artes y las ciencias como expresiones máximas del intelecto humano por su aporte al desarrollo socioemocional. Y en esta aventura compartida de la enseñanza-aprendizaje, invita a los profesores a recuperar la capacidad de asombro, a ser como niños y a aprender de ellos también.
¿Cómo toma la invitación a sumarse al Directorio de Fundación Educación Futuro?
Es una invitación magnífica que no se puede rechazar porque se trata de innovación curricular, de métodos didácticos de enseñanza en la educación formal y tiene que ver con recopilar los tesoros que cada profesor, cada profesora guarda y enseña. Les conviene a ellos, les conviene a la Escuela donde participan y, especialmente, a los alumnos porque necesitamos nuevos medios, nuevas formas, mejores maneras de acomodar el mensaje educativo.
¿Qué aspectos de la desigualdad en la educación le preocupan?
Lo que me preocupa es lo que se ha instalado desde hace un tiempo a esta parte en Chile y, esperamos que se rompa con los acontecimientos políticos que están sucediendo; que haya una educación según el medio social al cual uno pertenece o al cual se quiere pertenecer. Hay colegios donde hay grandes innovaciones y otros que son un poco dejados de la mano de los dioses. Los alumnos debiesen recibir una educación completa, que hiciera énfasis en escuchar a los alumnos.
Las principales brechas son de tipo económico, de tipo social, de tipo cultural. Esta fundación trata de superar esas brechas para tener un conocimiento democrático republicano, que sea igual para todos y todas para tener una educación inclusiva, no exclusiva, que segmente a los alumnos según sus procedencia social, política o cultural.
En esa misma línea y con la intención de rescatar las buenas prácticas Fundación Educación Futuro lanzó el concurso de innovación pedagógica Videas 21. ¿Qué resultado espera que tenga este certamen?
Yo creo que va a ser magnífico, los profesores, vilipendiados muchas veces, mal pagados, siempre son trabajadores conscientes porque están trabajando con seres humanos, desde su humanidad para lograr una mejor inclusión, no solamente en el aspecto económico-productivo; sino para crear hombres y mujeres, un proyecto histórico mejor. Innovar y crear es lo que hace la mayoría de los profesores ahora hay que incentivar esto y lo más importante, que estas experiencias que a veces las conoce muy poca gente puedan circular como consejos para que estén al alcance de todos los docentes, alumnos y apoderados.
«Esta fundación trata de superar esas brechas para tener un conocimiento democrático republicano, que sea igual para todos y todas para tener una educación inclusiva, no exclusiva, que segmente a los alumnos según sus procedencia social, política o cultural.»
¿Qué énfasis le dará a su labor a través de la Fundación para ayudar a enfrentar los desafíos educacionales del futuro?
El siglo XXI viene con muchas promesas, pero no hay que olvidar un énfasis en la parte curricular de presentación de contenidos que sean conversados con los alumnos, conversados también con los profesores y con los padres y apoderados. Insisto, para lograr una educación cada vez más inclusiva, no solo a nivel del Estado sino también particular e íntimo como cuando uno está frente a los alumnos y las alumnas. Estar a la escucha.
Pasamos gran parte de nuestra vida en las aulas, no solamente para hacer buenos ciudadanos, no para que nos domestiquen, no para domesticar; sino para, justamente, hacer libres a las personas que llevan ese conocimiento y que van a ser, creemos, mejores personas.”
¿Cómo debería reinventarse la educación post pandemia?
No puede haber una educación A, B, C o D como los fondos de pensiones, debe haber una educación rica en todos los territorios, especialmente en la V Región que es donde vivimos. Se trata de una aventura, de contagiarnos con nuevas ideas. Esta pandemia nos permite abrirnos a nuevos medios de comunicación como las clases en línea, entrar en la intimidad de otras personas de otra manera. Fíjese que en la pantalla del computador el profesor y los alumnos tienen la misma estatura, la posibilidad de intervenir, de salirse, de cortar.
Cómo hacer una educación amorosa, que tienda a estrechar los lazos entre las personas, los más pequeñitos, los más desposeídos. La educación no sólo es un acto de libertad, yo pienso, es un acto también de justicia. Si no existen estos parámetros comunes a todos, nos transformamos en personas que no tienen ni siquiera el cuidado de sí, que es lo que necesitamos en pandemia, sino también el cuidado de los otros que es lo que caracteriza a la humanidad en una sociedad.
¿Dé que manera el arte puede ayudar el desarrollo socioemocional?
Las artes son una expresión de lo más alto, junto con las ciencias, de lo que ha hecho y está efectuando la humanidad, es también un proceso donde los que se involucran en él se sanan por decirlo así, uno aprende nuevos lenguajes, uno entra a la disciplina de la emoción, de la pasión. Y esas son cosas que de repente se miran muy a huevo; pero son, justamente, aquello que los grandes teóricos de la educación contemporánea señalan como importantísimo, no solamente para escuchar una pieza de Mozart o de Violeta Parra, sino para entender que son una cumbre de la humanidad, igual como puede ser el numero Pi o una ecuación perfecta. Tiene que ver con la belleza, tiene que ver con la educación constante para enamorarse de la luz. Cantar como la Violeta “Gracias a la vida”, ver los matices que tiene la vida entre todos nosotros y que cualquiera de nosotros nos puede enseñar y nos enseña cotidianamente a trabajar, a pensar, a abrir los sentidos, a dejar entrar la luz y disipar las sombras del dolor y de la existencia cotidiana.
¿En esta aventura de aprender qué falta recuperar?
Hay que recuperar poder maravillarse, taras que han salido con los nuevos medios, el compararse, esta carrera medio neoliberal de quien es el mejor, quien saca el mejor SIMCE, yo creo que tienen justificación cuando uno puede ver en sentido libertario, abierto, la aventura que significa aprender. Yo voy a cumplir 70 años luego y eso significa que debo seguir maravillándome, casi como una especie de dictum sino uno cae en una especie de rutina muchas veces estéril. No olvidar nunca, es re-difícil, el niño que fuimos, que ser grande no sígnica sobre todo para nosotros los profesores, anular, creer que uno es el consejero y el mejor de todos respecto de los más niños, no. Ellos nos enseñan. Hay una dialéctica de la aventura compartida que yo creo está en el corazón, entre otras cosas, del proceso democrático.